19/10/2024

Kant y la crítica de la razón pura (III): la Analítica trascendental

 

En el post anterior hemos visto que la Estética trascendental responde afirmativamente a la pregunta de si es posible formular juicios sintéticos a priori en matemática, concluyendo que el espacio y el tiempo son formas a priori de la intuición a través de las cuales se adquieren los datos sensoriales: el espacio, para la intuición externa, y el tiempo, para la intuiión interna y externa. Nos dice Kant que el espacio y el tiempo son condiciones necesarias y suficientes para emitir juicios sintéticos a priori en matemática.

Con este planteamiento queda superado el callejón sin salida a que había conducido Hume a la teoría del conocimiento y a toda la filosofía, que había destruido la posibilidad de toda metafísica al afirmar que solo podemos conocer a través de la experiencia, tesis que nos lleva a un escepticismo radical que niega todo lo que no conocemos por experiencia. La negación de la causalidad que sostiene Hume, afirmando que por experiencia lo único que sabemos es que una cosa sigue a otra y no que una cosa causa a otra, como el golpe a la bola de billar y el sucesivo movimiento de la bola, implica que toda ciencia que se basa en causas es metafísica y no empírica, por lo que nunca puede ser verificada. De este modo, no hay filosofía, excepto lo que dentro de ella se pueda comprobar experimentalmente.

Kant va mucho más allá que Hume al analizar el papel de a experiencia en el conocimiento humano. Frente a la tesis de Hume, que asigna una actitud pasiva y solo receptiva al entendimiento respecto a las intuiciones, es decir, a lo que percibe por experiencia, Kant detecta que en el entendimiento hay elementos que no derivan de la experiencia, que, por lo tanto, son a priori y son una condición de esa experiencia.

En la Estética trascendental, Kant ha identificado las condiciones de la intuición, pero intuir es una operación muy diferente de la de emitir juicios sobre lo intuido, porque esta es una actividad del entendimiento que se lleva a cabo, como veremos, mediante los conceptos:

Si llamamos sensibilidad a la receptividad que nuestro psiquismo posee, siempre que sea afectado de alguna manera, en orden a recibir representaciones, llamaremos entendimiento a la capacidad de producirlas por sí mismo, es decir, a la espontaneidad del conocimiento. Nuestra naturaleza conlleva el que la intuición solo pueda ser sensible, es decir, que no contenga sino el modo según el cual somos afectados por objetos. La capacidad de pensar el objeto de la intuición es, en cambio, el entendimiento. Ninguna de esta propiedades es preferible a la otra: sin sensibilidad ningún objeto nos sería dado y, sin entendimiento, ninguno sería pensado. Los pensamientos sin cotenido son vacíos; las intuiciones sin concepto son ciegas. Por ello es tan necesario hacer sensibles los conceptos (es decir, añadirles el objeto en la intuición) como hacer inteligibles las intuiciones (es decir, someterlas a conceptos). Las dos facultades o capacidades no pueden intercambiar sus funciones. Ni el entendimiento puede intuir nada, ni los sentidos pueden pensar nada. El conocimiento únicamente puede surgir de la unión de ambos.1

Intuición y entendimiento no son actividades sucesivas sino que se llevan a cabo simultáneamente: no se recibe una intuición y después se interpreta mediante los conceptos, porque una intuición que no conlleva la comprensión de lo intuído no es posible, pues intuir es entender lo que se intuye. Así, Kant distingue entre la estética, que es la ciencia de las reglas de la sensibilidad en general, y la lógica, que es la ciencia de las reglas del entendimiento en general2.Dentro de la lógica, Kant identifica la lógica general, que incluye las reglas absolutamente necesarias del pensar sin las que no es posible el uso del entendimiento sin tener en cuenta los objetos, y la lógica del peculiar uso del entendimiento, que comprende las reglas para pensar correctamente una cierta clase de objetos3.Y la lógica general, a su vez, se subdivide en lógica pura, que tiene que ver con principios a priori y es un cánon del entendimiento y de la razón en relación al aspecto formal de su uso con abstracció de todas las condiciones empíricas, y lógica aplicada, que se dirige a las reglas de uso del entendimiento bajo las condiciones empíricas subjetivas que nos enseña la psicología4.

Pero lo que interesa a Kant, y hace toda esta exposición para llega a este punto, es la parte de la lógica general que descompone toda la labor del entendimiento y la razón en sus elementos y los expone como principios de toda apreciación lógica de nuestro conocimiento, y a la que denomina lógica analítica, y que si se utiliza como organon para producir afirmaciones objetivas, es lógica dialéctica5. Pero Kant advierte que la lógica, al determinar solamente reglas formales del entendimiento, no es el medio adecuado por sí misma para determinar la verdad material y objetiva del conocimiento. Por ello, nos dice Kant,

no puede atreverse nadie atreverse a formular juicios sobre los objetos con la simple lógica ni afirmar algo sobre ellos antes de haber obtenido información fidedigna con independencia de la lógica, a fin de tratar de ligar y de utilizar luego tal información en un todo coherente a la luz de las leyes lógicas, o mejor todavía, a fin de examinar la información de acuerdo con esas leyes.6

Por eso, Kant prefiere asignar a la lógica el nombre de dialéctica en cuanto crítica de la apariencia dialéctica, porque la lógica solo ofrece una apariencia de verdad, en tanto que no suministra ninguna información sobre el contenido del conocimiento sino solo sobre las condiciones formales de su conformidad con el entendimiento, que son completamente indiferentes respecto de los objetos7. Con esta aclaración, Kant introduce la lógica trascendental, en la que, igual que antes hizo con la sensibilidad en la Estética trascendental, aisla del entendimiento la parte que solo procede del entendimiento, y, aplicando conceptos que hemos presentado más arriba, distingue entre analítica trascendental, que trata de los elementos del conocimiento puro del entendimiento, y la dialéctica trascendental, que tiene como finalidad descubrir la falsa apariencia de las infundadas pretensiones del entendimiento rebajándolas al rango de simple juicio8. Nos ocupamos a continuación de la analítica trascendental, que es la que tiene que dar respuesta a la pregunta de si son posibles los juicios sintéticos a priori en física.

Para Kant, los enunciados de la física son juicios a priori que son sintéticos porque proceden de la experiencia pero usan conceptos a priori, es decir, que no proceden de la experiencia. A esos conceptos a priori los denomina Kant categorías, que ocupan en la física el lugar del espacio y el tiempo en la matemática. No proceden de las experiencia pero sin ellos no es posible la experiencia.

El estudio de las categorías se encuentra en la Lógica transcedental, en la que Kant se propone descomponer todo nuestro conocimiento a priori en los elementos del conocimiento puro del entendimiento9. Como punto de partida, destaca las siguientes características de los conceptos:

  1. que sean puros y no empíricos;

  2. que no pertenezcan a la intuición y a la sensibilidad, sino al pensar y al entendimiento;

  3. que sean elementales y se distingan perfectamente de los derivados o compuestos;

  4. que su tabla sea completa y que cubra todo el campo del entendimiento puro.

El conocimiento humano es conceptual porque, a diferencia de las intuiciones que por ser sensibles se basan en afecciones, se basa en funciones. Kant entiende por función

la unidad del acto de ordenar diversas representaciones bajo una sola común.10

El entendimiento utiliza los conceptos para formular juicios. Los conceptos son válidos para muchas otras representaciones, y entre todas, hay una que se refiere inmediatamente al objeto del juicio. Kant pone como ejemplo el juicio todos los cuerpos son divisibles para explicar que el concepto de lo divisible se refiere a otros objetos/conceptos y que en este caso se refiere al concepto de cuerpo11. Por eso nos dice que

Podemos reducir todos los actos del entendimiento a juicios, de modo que el entendimiento puede representarse como una facultad de juzgar, ya que (....) es una facultad de pensar. Pensar es conocer mediante conceptos.12

El concepto es, pues, el predicado de un posible juicio. Para identificar los conceptos, es decir, las categorías, hay que analizar la forma de los juicios. Kant considera que la función del pensamiento en el juicio incluye cuatro contenidos, a los que denomina títulos, cada uno de los cuales incluye tres momentos:

  1. Cantidad de los juicios. Todo juicio da la referencia de una cantidad13, y en este sentido, pueden ser universales (todos los ciclistas corren en bicicleta); particulares (algunos ciclistas corren el Tour de Francia); y singulares (Tadej Pogačar venció en en Tour de 2024).

  2. Cualidad. Todo juicio incluye una cualidad, en sentido afirmativo o negativo (esto es una bicicleta/esto no es una bicicleta). Kant añade además el juicio infinito (esto es una no-bicicleta), en que se coloca el objeto sobre el que se emite el juicio en la esfera infinita de lo que no es bicicleta14.

  3. Relación. En todo juicio hay una relación15, lo que da lugar a juicios categóricos, en que se establece una relación entre el sujeto y el predicado (Tadej Pogačar nació en Eslovenia); juicios hipotéticos, en que se establece una relación en que una cosa es consecuencia de otra (el que llega de amarillo al Alpe d'Huez llega de amarillo a París); y juicios disyuntivos, que plantean varias alternativas de las que solo una es cierta (En esta etapa, Tadej Pogačar lleva en la bicicleta monoplato o biplato).

  4. Modalidad. Todo juicio participa de la verdad16. En los juicios problemáticos, se afirma o niega algo meramente posible (Tadej Pogačar superará a Miguel Indurain en el número de ediciones del Tour ganadas); los juicios asertóricos consideran la afirmación o negación como algo real (Miguel Indurain venció cinco veces seguidas en el Tour de Francia); y los juicios apodícticos son aquellos en los que se concibe algo necesario (Vence en el tour quien invierte menos tiempo en el recorrido (excluídas las bonificaciones!).

Según Kant, de los diferentes tipos de juicios se derivan las siguientes categorías17:

De la cantidad

                      Del juicio universal:  Del juicio particular:    Del juicio singular: 

                             Unidad                     Pluralidad                        Totalidad

De la cualidad

Del juicio afirmativo:    Del juicio negativo:    Del juicio infinito: 

                       Realidad                         Negación                      Limitación

De la relación

Del juicio categórico:             Del juicio hipotético:              Del juicio disyuntivo:

Inherencia y subsistencia     Causalidad y dependencia     Comunidad

De la modalidad:

Del juicio problemático:          Del juicio asertórico:                   Del juicio apodíctico:

 Posibilidad-imposibilidad        Existencia-no existencia       Necesidad-contingencia

Mediante los conceptos relacionados, que según Kant, es una lista completa18, el entendimiento organiza la multiplicidad de objetos que le suministra la sensibilidad mediante la operación que Kant denomina síntesis, y que explica así19:

Pero la espontaneidad de nuestro pensar exige que esa multiplicidad sea primeramente recorrida, asumida y unida de una forma determinada, para hacer de ella un conocimiento. (...) Entiendo por síntesis, en su sentido más amplio, el acto de reunir difrentes representaciones y de entender su variedad en un único conocimiento.

La relación de categorías de Kant ha sido objeto de crítica por los estudiosos posteriores señalando que no se identifican todos los tipos de juicio posibles y que se detecta una excesiva influencia de la doctrina aristotélica sobre las categorías. Lo importante no es si la relación de conceptos es exhaustiva, sino la novedad que supone para la teoría del conocimiento evidenciar la actividad del entendimiento que acabamos de comentar de dar unidad a la multiplicidad mediante la síntesis que se realiza a través de los conceptos que se aplican a las intuiciones recibidas por los sentidos. Actividad que nos hace descubrir también la existencia de alguien que realiza la síntesis, que ya no es el yo empírico que se conoce como fenómeno, sino un yo trascendental que es condición imprescindible para emitir juicios.

1 Immanuel Kant: Crítica de la razón pura, pág. 86. Editorial Gredos. Barcelona 2017.

2 id.

3 id.

4 id., pág. 87.

5 id., pág. 91.

6 id.

7 id., pág. 92.

8 id., pág. 93.

9 id., pág. 94.

10 id., pág. 97.

11 id.

12 id., pág. 98.

13 id., págs. 99-100.

14 id., pág. 100.

15 id., págs. 100-101.

16 id., págs. 101-102.

17 id., pág. 105.

18 id.

19 id., pág. 103.


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